La Pesca Submarina |
¿Una cuestión de imagen? Para la mayor parte de la gente, al pensar en la pesca submarina les viene a la cabeza la imagen de un submarinista al borde del mar, mostrando sonriente una espléndida captura, algún ejemplar de impresionante tamaño o un aro portapeces rebosante de piezas. Esta imagen, cultivada por los propios pescadores, se corresponde a la del día para el recuerdo, la ocasión entre mil que la cámara inmortaliza. La pesca submarina no es la recogida de peces bajo las aguas del mar de la abundancia. Como bien saben todos los buceadores, los peces son escasos, desconfiados, escurridizos y muy difíciles de atrapar. La pesca submarina es un deporte muy duro: horas en el mar, buscando una presa digna, que deberá ser alcanzada con un arpón de alcance limitado (2 - 3 m), en condiciones de reducida visibilidad, oleaje y frío. No nos confundamos. Aquí estamos hablando de los pescadores submarinos. A los furtivos y esquilmadores del mar buscarlos en otra página. La modalidad de pesca más selectiva La pesca es una actividad que se caracteriza porque en mayor o menor grado, por cada captura válida se producen un número indeterminado de capturas no válidas, ejemplares pertenecientes a otras especies no aprovechables o de tamaño no apto para su consumo. Esto es así tanto para el pescador de caña como para el barco arrastrero. Sin embargo, en la pesca submarina, el pescador elige deliberadamente a su presa. Tiene esa capacidad, y por lo tanto, esa responsabilidad. Entendemos que el placer y el atractivo de nuestro deporte no radica en el número de piezas o el peso acumulado de las capturas anules, como si de una estadística pesquera se tratara. El auténtico placer se encuentra pieza a pieza, cuando la captura ha merecido la pena. ¿Esquilmadores del mar? Existe, al menos en ciertos ámbitos, la opinión de que la pesca submarina es en gran parte responsable del deterioro de la calidad ambiental del medio marino. De forma más concreta, se responsabiliza a la pesca submarina de la ausencia de peces. La lógica es que si los pescadores los capturan, a ellos se debe su actual escasez. En cierta forma este argumento recuerda al que se utilizó no hace tantos años para exterminar muchas "alimañas" terrestres, como zorros, águilas, halcones y hasta búhos, que fueron acusados de ser los responsables de la escasez de especies como perdices y palomas. La relación entre pesca submarina y disminución de número de ejemplares debe ser analizada con cuidado. No todos los mares son iguales ni la presión pesquera es la misma en cada lugar. En el Cantábrico, la dinámica marina ocasiona una auténtica veda natural, pues pocos son los días al año en que se puede pescar. Por otro lado, la morfología de la costa hace que la mayor parte del litoral sea inaccesible sin embarcación. Por estos motivos la pesca submarina en el País Vasco se concentra tanto en el tiempo como en el espacio, lo que hace que la mayor parte de las presas potenciales ni siquiera se aproximen a un pescador submarino en toda su vida. Otros son pues los factores que inciden de forma principal sobre la riqueza biológica de nuestras costas. No son precisamente desconocidos, pues de forma periódica aparecen en diarios y televisores: contaminación, sobrepesca , destrucción de hábitats... Sin embargo estos son factores que actúan a nivel global. El problema surge a nivel local, allí donde los intereses de quienes han elegido el mundo submarino como lugar de esparcimiento entran en conflicto. Esa "veda" espacial y temporal no afecta solo a los pescadores submarinos, sino que se hace extensible a todos los buceadores. En una reducida porción de la franja litoral, el pez, entendido como recurso, se convierte en objeto del deseo de pescadores y escafandristas. Unos quieren cazarlo y otros admirarlo. ¿Habrá peces para todos? Una llamada a la responsabilidad ¿Es un pescador submarino cualquiera que se introduce en el mar con un arpón en la mano?. Estrictamente hablando, la respuesta es sin duda afirmativa, pero queremos ir más allá. Desde nuestra posición, dentro de una federación deportiva, entendemos que además debe cumplir unos principios éticos. No concebimos nuestra actividad como un pescar por pescar, sin reparar en qué estamos pescando no cómo lo estamos haciendo. Para nosotros, no es un pescador submarino quien se sumerge obsesionado por sacar algo. Como ya ha sido señalado anteriormente, al tener la capacidad de elegir estamos obligados a ejercerla con resposabilidad. Un saludo a todos los amantes del mar.
Nota: este artículo esta basado en el original del mismo título publicado en la página web de la Federación Guipuzcoana de Actividades Subacuáticas. |